¿Por qué las garrapatas del perro son más peligrosas en temporadas y zonas de calor?

El calor activa el metabolismo de las garrapatas, que en temporadas y zonas de frío permanecen aletargadas. Las garrapatas son peligrosas para el perro, pero también ponen en riesgo la salud de las personas. Por ello, en temporadas y zonas de calor, hay que tener especial cuidado para que el can no adquiera estos parásitos.
LAS GARRAPATAS SE ACTIVAN CON EL CALOR
Las garrapatas son pequeños artrópodos parásitos cuyo hábitat natural es el campo y los animales domésticos. Despiertan con el calor y esperan en la maleza la ocasión de engancharse a un perro con sus garfios, para alimentarse de su sangre. Una vez que consiguen agarrarse al pelo del can, trepan hasta llegar a una zona donde se sienten cómodas para parasitar al animal.
Pueden esconderse tras las orejas o dentro de ellas, así como en los huecos interdigitales de sus patas. En general, en zonas donde hay pliegues de la piel y las garrapatas se sienten calientes y protegidas.
Las garrapatas que ya están instaladas en el perro se alimentan de su sangre. Las hembras son más grandes que los machos y se inflan con la sangre que extraen del animal, hasta adquirir un aspecto similar al de una alubia de color blanco.
LAS GARRAPATAS SON PELIGROSAS PARA EL PERRO
Las garrapatas, sobre todo si son muy numerosas en el perro, pueden provocar diversas patologías, como anemia, problemas cutáneos, parálisis nerviosa, ehrlichiosis canina o la piroplasmosis, entre otras. Los síntomas de estas enfermedades transmitidas por las garrapatas son: fiebre elevada, anemia -por la destrucción de los glóbulos rojos-, cojera y dolor en las articulaciones.
En caso de haber detectado garrapatas en el perro, cuando se advierten los síntomas mencionados, es recomendable acudir al veterinario. Cuanto antes se aplique un tratamiento para paliar la patología provocada por la garrapata, más posibilidades tendrá el perro de curarse.
LOS PARÁSITOS PONEN EN RIESGO LA SALUD DE LAS PERSONAS
Las garrapatas se reactivan en verano debido al calor. Su peligrosidad radica en que no solo atacan al perro, sino que chupan la sangre de cualquier mamífero, incluidas las personas. Por ello estos parásitos también son peligrosos para los humanos. "Si la garrapata ha parasitado un animal enfermo y luego se engancha a una persona, le puede transmitir las bacterias del animal enfermo", asegura Ana Cameno, veterinaria del Albergue de animales San Francisco de Asís, de Madrid.
Los síntomas de una persona parasitada por garrapatas son similares a los que padece un perro, "como fiebre, anemia o debilidad", detalla Cameno.
PREVENCIÓN FRENTE A LAS GARRAPATAS
La prevención es la primera pauta para evitar que nuestro amigo sea atacado por las dañinas garrapatas. Los paseos con el perro por el campo se pueden convertir en verano y zonas cálidas en situaciones de riesgo. Estos parásitos esperan en la maleza su oportunidad para engancharse a los perros. En la medida de lo posible, hay que intentar no pasear con el can por zonas donde haya este tipo de vegetación.
Una vez en casa, es recomendable revisar el pelo del perro, sobre todo, la zona de las orejas, el cuello, la parte interna de los muslos y los huecos interdigitales, entre las almohadillas de sus patas.
Las garrapatas inoculan en el perro una sustancia con propiedades anticoagulantes y anestésicas. De esta forma, el animal no se rascará porque no siente molestias, aunque la garrapata succione su sangre. Por ello es tan importante revisar al perro de manera habitual, sobre todo en verano y zonas cálidas, tras los paseos o cuando se relaciona con perros susceptibles de tener garrapatas. Por otro lado, si el perro tiene acceso a un jardín familiar, es recomendable tenerlo limpio de maleza.